¿Qué son los dragones de Tolkien?
Qué pregunta, pueden pensar algunos, los
dragones son... dragones. Criaturas hechas o corrompidas por Morgoth. Pero el
asunto no es tan sencillo e incluso se podría considerar como uno de los
grandes enigmas del mundo de Tolkien, como se verá a continuación.
En primer lugar, vamos a hablar de los
dragones tal y como eran en los textos más contemporáneos, cuando la mitología
o legendarium de Tolkien había evolucionado. Porque la descripción de
los dragones primitivos era tal que así:
“Entonces llegó el momento en que Melko congregó a
sus mejores herreros y brujos, y con hierro y llamas forjaron una hueste de
monstruos jamás vista hasta entonces y que nunca se volverá a ver hasta el
Gran Final. Algunos de ellos eran de hierro y sus piezas estaban unidas
con tal maestría que podían deslizarse como lentos ríos de metal o enroscarse
en los obstáculos que les salían al paso o serpentear por encima de ellos, y
en lo más profundo de sus cuerpos llevaban un sinnúmero de los Orcos más
siniestros armados de cimitarras y lanzas; otros eran de bronce o de cobre y
tenían corazones y espíritus de fuego abrasador, y quemaban todo lo que
encontraban con sus horribles bufidos o aplastaban a quienes lograban escapar
con su resuello ardiente; y también había otros hechos sólo de fuego y que
se retorcían como sogas de metal fundido y destruían cualquier objeto que
estuviese cerca, y el hierro y la piedra se derretían a su paso hasta licuarse,
y en ellos cabalgaban cientos de Balrogs; y éstos eran los monstruos más
espantosos que Melko creó para atacar a Gondolin.”
La Caída de Gondolin. El Libro de los
Cuentos Perdidos II. p.217
“Entonces decidieron conservar lo que ya habían
conquistado mientras las serpientes de bronce, capaces de aplastar con
sus enormes patas, se trepaban lentamente sobre las serpientes de hierro
y llegaban a las murallas para abrir una brecha que pudieran atravesar los Balrogs
montados en los dragones de fuego.”
La Caída de Gondolin. El Libro de los
Cuentos Perdidos II. p.229
Estos dragones eran como máquinas de guerra,
hechos con metal y fuego, bastante diferentes a lo que acabarían siendo. Así
pues, debemos pensar más en Smaug o en Glaurung. Ese Glaurung de El Silmarillion que
procede de textos posteriores a la escritura de El
Señor de los Anillos. Y para lo que se
pretende hacer aquí, esto es, encontrar una respuesta a qué son los dragones,
debemos también conocer las reglas de la mitología y cuando surgieron.
Cuando Tolkien introdujo a los dragones en
su mundo, en su mitología, no existían limitaciones. Hasta que no escribió El Señor de los Anillos y
todo cambió, las criaturas de su legendarium podían simplemente ser. No había que
preguntarse qué podían ser. Me explico, ayudándome del origen de otras
criaturas...
Los dragones, los Orcos y los Balrogs
existían en las primeras historias de 1916-1920, y hasta la fase de redacción
de El Señor de los Anillos, de ellos Tolkien escribía:
“Hace [He devises] a los Balrogs y los Orcos”
Primeros Anales Beleriand. La Formación de la
Tierra Media. p.341
“y crio y reunió [bred and gathered] una vez más a sus
malvados seguidores, los Orcos y los Balrogs”
Segundos Anales Valinor. El Camino perdido.
p.134-135
“Creó [He brought forth] a los Orcos y los Balrogs”
Segundos Anales Beleriand. El Camino
perdido. p.341
“y los Orcos y los dragones que se criaban [breeding] de
nuevo en lugares oscuros…”
Quenta Silmarillion. El Camino perdido. p.383
Como vemos, se hablaba indistintamente de
crear, de hacer/idear o criar. Tanto los Orcos, los Balrogs y los dragones eran
criaturas que Morgoth había creado o hecho y no había mucho más que hablar.
Pero la escritura de El Señor de los
Anillos (1937-1949) supuso un
antes y un después en su mitología. Los Balrogs que eran «simples» guerreros pasaron a ser
Maiar corrompidos por Morgoth, y nuevos conceptos se introdujeron en su mundo.
El primero, la distinción entre Crear y Hacer, y el segundo, con gran relación,
hablaba del fëa
(espíritu) y su posesión como signo de independencia, inteligencia y «vida propia».
Es muy conocida una carta que Tolkien
escribió a Peter Hastings en 1954, cuando este le pregunta sobre una frase de
Bárbol en El Señor de los Anillos en la que parecía decir que el Señor Oscuro
había creado a los Trolls y a los Orcos:
“En cuanto a otras cuestiones, creo que estoy de
acuerdo sobre la de «la creación por el mal». Pero es usted más liberal con el
empleo de la palabra «creación» que yo.* Bárbol no dice que el Señor Oscuro
«creara» a los Trolls y los Orcos. Dice que los «hizo» imitando a ciertas
criaturas ya existentes. Hay para mí un abismo entre tales afirmaciones tan
ancho que la de Bárbol (en mi mundo) podría posiblemente ser verdad....
* En esta historia mítica (así como su
metafísica no es necesariamente la metafísica del Mundo real) la Creación,
el acto de voluntad de Eru el Único que concede realidad a las concepciones, se
diferencia de la Hechura, que está permitida.”
Carta 153. Cartas Tolkien. p.224
En los Anales de Aman, que Tolkien escribió tras finalizar El Señor de los Anillos, ya
había introducido esta nueva idea:
“...y Melkor, desde que se rebelara en la
Ainulindalë antes del principio, nada podía hacer que tuviera vida propia ni
apariencia de vida, así dicen los sabios.”
Los Anales de Aman. El Anillo de Morgoth, p.
92
De esta diferencia entre Creación y Hechura
y lo que implica la posesión de un fëa
(espíritu) hablé extensamente aquí. A modo de resumen diremos que nadie a
excepción de Eru/Ilúvatar podía otorgar fëa a
ningún ser o criatura, y, por tanto, los seres que otros hicieran no serían más
que marionetas, tal como decía Eru a Aulë de sus Enanos. Unas criaturas sin fëa no tendrían voluntades independientes,
serían como animales.
¿Qué pasó a partir de ese momento en el que
aparecieron esas reglas en el legendarium?
Tolkien intentó dar una explicación al origen de alguna de sus criaturas. Tendía
a considerar sus narraciones y su mitología como crónicas históricas que
necesitaban ser aclaradas. Como decía Humphrey Carpenter, Tolkien no decía «esto
no es lo que deseo, debo cambiarlo», sino que se preguntaba «¿Qué significa
esto? Debo descubrirlo» (Biografía. p.126).
En 1954 le preguntaron por el origen de los
Orcos y el respondía de esta forma:
“Pero puesto que son servidores del Poder
Oscuro y luego de Sauron, ninguno de los cuales podía, o lograría, crear
seres vivos, por fuerza deben ser corrupciones”
Carta nº 144. (Abril de 1954). Cartas. p.
210
En esta época Tolkien concebía a los
Orcos como seres encarnados, en posesión de un fëa, y, por ello debían ser corrupciones de algún ser que ya existía
previamente, pues Melkor/Morgoth no podía otorgar ese fëa. El origen que le daba entonces era el
élfico; los Orcos eran corrupciones de los Elfos, así aparecía en los Anales de Aman de 1950-51. Pero en 1958-59, de repente
cambió de idea, no le agradaba esta procedencia, y escribió varios textos
preguntándose por su origen. Tolkien intentaba averiguar qué eran.
No es objeto de esta FAQ el origen de los Orcos, de modo que lo dejaremos aquí. Esto quería servir de muestra para
hacer ver que cuando Tolkien «introduce» a
sus criaturas o seres en su mundo no sabe de antemano qué son o de dónde
proceden. O tal vez sí, pero la evolución de su legendarium/mitología y la incorporación de nuevas
reglas hace necesario volver a preguntarse qué son, pues tal vez no puedan ser
lo que eran antes. Y esto es válido tanto para Tom Bombadil, un personaje que
surgió en 1934, los Orcos o los dragones.
Centrémonos en los dragones. Tolkien
no intentó averiguar qué eran. Lo hizo con los Orcos, pero no con los dragones;
esto es algo que tenemos que intentar responder nosotros, si es posible.
La primera pregunta que debemos
hacernos es evidente: ¿Tienen los dragones fëa (espíritu)? Esto es: ¿son independientes? ¿tienen vida propia? ¿son
inteligentes? En esos textos de 1958-59, en los que Tolkien especulaba sobre el
origen de los Orcos escribió la siguiente idea:
“¿Qué
pasa con las bestias y aves que piensan y hablan? Se han adoptado, más bien
a la ligera, de otras mitologías menos ‘serias’, pero tienen un papel que no
puede suprimirse. Se trata de verdaderas ‘excepciones’ y no se utilizan
con frecuencia, pero lo suficiente como para mostrar que constituyen una
característica conocida del mundo. Todas las criaturas las aceptan como
naturales, cuando no como habituales.
No obstante, las verdaderas criaturas ‘racionales’, los ‘pueblos
parlantes’, son todos de forma humana / humanoide. Solo los Valar y los Maiar son
inteligencias que pueden asumir formas de Arda a voluntad. Huan y Sorontar
podrían ser Maiar, emisarios de Manwë. Pero por desgracia en El Señor de los
Anillos se dice que Gwaehir y Landroval son descendientes de Sorontar. […]
En
resumen: creo que debe asumirse que el ‘habla’ no constituye necesariamente
un signo de la posesión de un ‘alma racional’ o fëa...
Lo
mismo se puede decir de Huan y las Águilas: los Valar les enseñaron a hablar y
los elevaron a un nivel superior, pero seguían sin tener fëar.”
Texto VIII La Transformación de los Mitos.
El Anillo de Morgoth. p. 466-467
El inicio del segundo párrafo
excluiría a los dragones como seres racionales, en posesión de un fëa, pues no tienen forma humanoide. De la misma forma excluye también a las
Grandes Águilas, a las cuales intenta dar un origen Maia, pero sin lograrlo.
Tal vez algún lector recuerda al
zorro del capítulo 3 de El Señor de los Anillos, del que podíamos «oír» sus pensamientos;
pero esto debemos tratarlo como una
anomalía derivada de la fuerte influencia del «tono» de El Hobbit en esos primeros
capítulos, tal como dice Eduardo Segura en El Viaje del Anillo.
Aunque las Grandes Águilas no podían
serlo, ¿los dragones podrían ser Maiar y asumir esa forma no humanoide?
Sabemos que los dragones se reproducían, pero, aunque Tolkien desestimó a las
Águilas como Maiar al tener descendencia, era más por un impedimento moral que
físico (véase FAQ ¿Podían reproducirse los Ainur?). En ese mismo texto, Tolkien
habla de la procreación de los Orcos Maiar. Sin embargo, hay algo que no hace
posible que los dragones puedan ser Maiar. Y es que los dragones crecen:
“Una
vez más, al cabo de cien años, Glaurung, el primero de entre los Urulóki,
los dragones de fuego del norte, salió una noche por las puertas de
Angband. Era joven y aún no se había desarrollado del todo, porque larga y
lenta es la vida de los dragones, pero los elfos huyeron acobardados hacia
Ered Wethrin y Dorthonion, y él corrompió los campos de Ard-galen. Entonces,
Fingon, príncipe de Hithlum, cabalgó hasta el dragón junto con arqueros
montados y lo rodeó con un anillo de rápidos jinetes; y Glaurung no pudo
soportar los dardos, pues era aún débil su armadura, y huyó de vuelta Angband y
no volvió a salir de allí en mucho tiempo”
Del retorno de los Noldor. El
Silmarillion.p.157
Estas etapas de juventud, madurez y larga
vida de Glaurung, y por
extensión de los dragones, hacen imposible un origen Maiar, pues estos,
como espíritus que fueron antes que el Mundo, no crecen y son «inmortales».
Supongamos entonces que los dragones no
tienen fëa (espíritu), tal como parece indicar el texto sobre el origen de
los Orcos. En ese caso la solución
a la pregunta objeto de este análisis sería muy sencilla. Los dragones
podrían ser criaturas hechas por Melkor o corrompidas por él. Serían
simplemente animales.
No obstante, hay varios textos y
párrafos, escritos antes y después de El Señor de los
Anillos, que parecen señalar que
los dragones (concretamente Glaurung) poseían ese fëa:
“Pero
en ese momento salió Glaurung por las puertas abiertas y se interpuso entre
Túrin y el puente. Entonces por el mal espíritu que lo habitaba habló de
pronto y dijo: Salve, hijo de Húrin. ¡Feliz encuentro!”
De Túrin Turambar. El Silmarillion.p.292
La caída de Nargothrond. Los hijos de Húrin.
p.152-153
“Porque
por cierto no creo que este dragón sea invencible, aunque crezca con los años
en fuerza y malicia. Sé algo de él. Su poder depende más del mal espíritu
que lo habita que de la fuerza de su cuerpo, por grande que ésta sea”
Narn i Chîn Húrin. Cuentos Inconclusos 40 Aniv.p.152
La llegada de Glaurung. Los hijos de Húrin.
p.197
“Mîm el Enano Mezquino había encontrado el camino a
Nargothrond y se había deslizado dentro de los recintos en ruinas; y había tomado
posesión de ellos, y estaba allí acariciando de continuo el oro y las gemas,
pues nadie venía nunca a despojarlo, por miedo al espíritu de Glaurung y
su solo recuerdo”
De la ruina de Doriath. El Silmarillion.p.315
El Quenta. La Formación de
la Tierra Media.p.156
“Y allí delante de ella, se alzaba la gran cabeza
de Glaurung, que había trepado al mismo tiempo por el otro lado; y antes de
darse cuenta sus ojos miraron los del Gusano, y eran ojos terribles en los
que moraba el fiero espíritu de Morgoth, su amo.”
Narn i Chîn Húrin. Cuentos Inconclusos 40
Aniv.p.141
El viaje de Morwen y
Niënor. Los hijos de Húrin.p.181
Sobre la última cita habría que indicar que
es probable que se trate de una metáfora, pero también es necesario mencionar
la existencia de una corriente de opinión que no lo concibe así, y piensa que
parte del espíritu de Morgoth es el que habita en Glaurung (y otros dragones) y, por tanto, los
dragones tenían ese fëa proveniente del propio
Morgoth. Entiendo que este pensamiento viene inducido por el Anillo de Sauron y
aquello que se dice de Morgoth:
“Porque mientras crecía en malicia y daba al mal
que él mismo concebía forma de engaños y criaturas malignas, el poder pasaba a
ellas, y se dispersaba, y él estaba cada vez más encadenado a la tierra, y ya
no deseaba abandonar las fortalezas oscuras.”
Anales de Aman. El Anillo de Morgoth p.159
Pero poder y espíritu parecen ser cosas
diferentes. La dispersión del poder para controlar la materia de Arda y los
seres que la habitan, no significa que se hiciera traspasando el espíritu de
Morgoth a otras criaturas. Esto sería una escapatoria tramposa de la regla (nadie podía crear vida salvo Eru).
Si esto fuera así, cualquier animal, cualquier ser, podría tener fëa, el espíritu de Morgoth. Si esto fuera así, los Orcos podrían haber tenido este origen; pero Tolkien no valoró esta posibilidad. Simplemente nunca existió.
“Melkor se «encarnó» (como Morgoth)
permanentemente. Lo hizo para controlar el hröa, la «carne» o materia física,
de Arda. Intentó identificarse con ella. Un procedimiento más vasto y
peligroso, aunque de tipo similar al de Sauron con los Anillos. Así pues, fuera
del Reino Bendecido toda la «materia» tenía muchas posibilidades de contener un
«componente de Melkor» [...]
De ese modo Melkor perdió (o cambió, o transmutó)
la mayor parte de sus poderes «angélicos» originales, de mente y espíritu,
mientras conseguía un dominio terrible sobre el mundo físico […] El poder de
Sauron, relativamente más pequeño, estaba concentrado: el gran poder de Morgoth
estaba diseminado. La «Tierra Media» entera era el Anillo de Morgoth […]
Además, la destrucción definitiva de Sauron (en tanto que poder dirigido al
mal) podía llevarse a cabo mediante la destrucción del Anillo. Una tal destrucción
de Morgoth era imposible, puesto que requeriría la desintegración completa de
la «materia» de Arda. El poder de Sauron no radicaba (por ejemplo) en el oro
como tal, sino en una forma particular realizada con una porción particular de
todo el oro. El poder de Morgoth estaba diseminado en todo el Oro, y si no era
absoluto en ninguna parte (pues él no creó el Oro), tampoco estaba ausente de
ningún sitio.”
La transformación de los mitos. El Anillo de
Morgoth.p.455-456
Indudablemente la posesión de un fëa en los dragones
aparentemente sería lo más lógico. Es
signo de inteligencia, de criaturas racionales, de voluntades independientes,
algo que fácilmente podemos atribuir a un dragón de Tolkien. Si fueran simples «animales», sin las características anteriores, sería
difícil de asumir. Como se ha visto,
también hay citas que así lo indican, si bien pueden no leerse de manera
literal. Pero es difícil encajarlo en el legendarium.
Porque, asumiendo que los dragones
tuvieran ese fëa, signo de raciocinio e inteligencia, ¿qué podrían haber sido
originariamente? Porque recordemos que Morgoth no podía otorgar ese fëa, y por fuerza debían ser
corrupciones.
El problema que existe es el grupo tan
reducido de seres encarnados (seres con fëa y hröa / espíritu y cuerpo). Elfos, Hombres y
Enanos, de formas humanoides, se antojan imposibles o increíbles para ser el origen, y que con
la corrupción acabasen siendo dragones. Otros seres encarnados son los Ents y
las Águilas. Sí, las Grandes Águilas. Anteriormente hemos visto que Tolkien no
tenía nada claro su origen; descartó que tuvieran fëar y que fueran Maiar, pero en un texto
posterior, otorgó una procedencia a estos seres. Este es el que aparece en El
Silmarillion publicado.
“Y entonces Manwë despertó y fue
al encuentro de Yavanna en Ezellohar, y se sentó junto a ella bajo los Dos
Árboles. Y Manwë dijo: -Oh, Kementári, Eru ha hablado diciendo: ‘¿Supone, pues,
alguno de los Valar que no escuché toda la Canción, aun el mínimo sonido de la
mínima voz? ¡Oíd! Cuando los Hijos despierten, el pensamiento de Yavanna
despertará también, y convocará espíritus venidos de lejos, e irán entre los
kelvar y los olvar, y algunos se albergarán en ellos, y serán tenidos en reverencia, y su justa
cólera será temida. Por un tiempo: mientras los Primeros Nacidos tengan dominio
y los Segundos sean jóvenes.’ Pero ¿no recuerdas, Kementári, que tu canto no
siempre estuvo solo? ¿No se encontraron tu pensamiento y el mío y remontamos el
vuelo juntos como los grandes pájaros que se elevan sobre las nubes? Eso
también advendrá por obra de la atenta mirada de Ilúvatar, y antes que los
Hijos despierten, aparecerán las Águilas de los Señores de Occidente, con alas
parecidas al viento.”
De Aulë y Yavanna, El Silmarillion, p. 57-58
Finalmente Tolkien accedió a que las Águilas
tuvieran ese fëa que
le había negado al decir que «las verdaderas criaturas ‘racionales’ eran todos
de forma humana / humanoide». Las Águilas serían animales
habitados por espíritus venidos desde lejos. Pero Ents y Águilas no parecen
una opción viable para ejercer de origen de los dragones ¿verdad? ¿Nos encontramos entonces ante un caso imposible
de resolver?
Si consideramos a los dragones con fëa, espíritu, que es lo que
parecen ser, sí,
es difícil dar un origen coherente con el legendarium y sus reglas. No
obstante, podría existir una opción viable que dependería de la voluntad de
cada uno para aceptarla… En el texto anterior de los Ents y los Águilas se
decía que llegaron espíritus a los olvar y kelvar (plantas y animales) «y algunos se
albergarán en ellos».
¿Qué pasó con aquellos espíritus que no lo hicieron? ¿Pudo corromper Morgoth
a estos espíritus para que habitaran en unas criaturas que había hecho
(dragones)? ¿Pudieron ser alguno de estos espíritus dragones?
Podría no ser del todo convincente, pero
tal vez es la única posibilidad si consideramos a los dragones como criaturas
con fëa. Si no es así, siempre quedará la opción más sencilla, que los
dragones sean «simples» animales.
No obstante, si no encontrásemos
ninguna de las propuestas convincente, no deberíamos sorprendernos. Los
dragones fueron «víctimas» de la evolución del legendarium, y Tolkien
no se preguntó si su origen era factible.