viernes, 10 de febrero de 2017

Nueva mitología, año Valiano y élfico

 

El año Valiano, el año élfico y la «nueva mitología»

 

            Con la publicación del libro La Naturaleza de la Tierra Media, donde encontramos muchos textos de Tolkien relacionados con la equivalencia del año Valiano, el año élfico y la «nueva mitología», pueden surgir muchas dudas sobre este tema, así como se podría preguntar si estos nuevos conceptos pueden ser considerados «canónicos», reemplazando a los anteriores.

            Vamos a analizarlo.

            En 1958, tanto el Quenta Silmarillion como los Anales (de Aman y Grises) habían llegado a su última revisión en formas de textos mecanografiados con unas pocas notas al margen. Estas obras constituían el grueso del legendarium o mitología de Tolkien, y ya no haría nuevas versiones de ella, salvo excepciones, como una ampliación de algunos capítulos ese mismo año o al siguiente, y el muy posterior texto de Maeglin, de 1970.

            En esta mitología, Arda (la Tierra) es plana desde el comienzo, el Sol y la Luna son creados tras la destrucción de los Árboles de Valinor y un año Valiano, o de los Valar, equivalía a 9,58 años Solares (o de los Hombres).

«Según la medida de floración de los Árboles cada Día de los Valar en Aman tenía doce horas, y los Valar tomaron mil de esos días como un año en su reino […] Y cada una de las horas de los Árboles era siete veces más larga que una hora de un día en la Tierra Media.»
Anales de Aman. Anillo de Morgoth.p.66-67

         Pero en algún momento de 1958, o después, Tolkien se replantea esta mitología para adaptarla a nuestro Mundo, considerando absurda la hechura del Sol y la Luna desde un punto de vista científico.

«Ahora me resulta evidente que de hecho, en cualquier caso la Mitología debe ser un asunto «de Hombres» […] Los Altos Eldar, o al menos sus escritores y maestros, al vivir y estar tutelados por los seres demiúrgicos, deben de haber sabido la «verdad» (de acuerdo con su medida de entendimiento). Lo que tenemos en el Silmarillion etc. son tradiciones […] transmitidas por Hombres en Númenor y más tarde en la Tierra Media (Arnor y Gondor). […]

En ese punto (reconsiderando las primeras partes cosmogónicas) me sentí inclinado a adherirme a la Tierra Plana y a la tarea astronómicamente absurda de la hechura del Sol y la Luna. Pero no puedes inventar historias de ese tipo cuando vives entre gentes con el mismo fondo imaginativo general, cuando el Sol «de verdad» sube por el Este y desciende por el Oeste, etc.»
Anales de Aman. Anillo de Morgoth.p.422-423 

            De algún modo retomaba la idea de una versión que llamó «Versión Mundo Redondo» de la Ainulindalë (C*), de 1948, que fue entonces descartada. Después de reflejar estos pensamientos, escribió un texto con unas ideas generales sobre esta «nueva mitología». El Sol estaría desde un principio junto a la Tierra y el Reino de Arda sería lo que nosotros conocemos como el Sistema Solar. La llegada de los Hombres se trasladaría mucho más atrás, pues «no es creíble que en apenas 400 años surja la variedad y el desarrollo de la época de Felagund». Anillo de Morgoth (AM) p.431

            Estas ideas no se vieron reflejadas en un relato, en una nueva versión de El Quenta Silmarillion o los Anales. Esta falta de formulación y expresión de la «nueva mitología» llevó a Christopher a pensar que su padre vio que la «antigua mitología» estaba demasiado interrelacionada entre sí para soportar una cirugía tan devastadora (AM.437). Ese fue también el motivo por el que el propio Christopher utilizó la «antigua mitología» en El Silmarillion; la «nueva» no existía como relato.

            Pero como hemos visto con la publicación de numerosos textos en La Naturaleza de la Tierra Media, Tolkien quiso de alguna forma adaptar ciertos conceptos a la «nueva mitología». La mayoría de estos escritos son del año 1959, salvo alguna que otra excepción.

            En primer lugar, la equivalencia del Año Valiano (AV) fue cambiada. Un Año Valiano duraría 144 Años Solares (AS). En 1957 ya existía un texto en el que Tolkien realizaba esta igualdad. Esto implicaba que la extensión temporal en años Solares de los acontecimientos aumentó considerablemente.

            En segundo lugar, profundizó en el crecimiento y envejecimiento de los Elfos. En el apéndice D de El Señor de los Anillos ya existía el concepto de año élfico o yén, que equivalía a 144 años de los Hombres o Solares, y era la forma en la que ellos contaban sus años. No obstante, esto se modificó parcialmente más tarde, distinguiéndose en la vida de un Elfo distintos períodos: crecimiento, juventud, madurez y vejez.

            Y en tercer lugar, intentó encontrar una solución coherente en el «Despertar» de los Elfos, su «Hallazgo» y la «Gran Marcha», el número inicial de Elfos que debían aparecer y la tasa de aumento de la población en función de su gestación y crecimiento, para que hubiera un número aceptable en su «Partida» de la Tierra Media y su llegada a Aman. También debía solventar las dificultades cronológicas debido a la equivalencia de 1 Valiano = 144 Años Solares y los períodos de los Elfos.

            Tolkien realizó múltiples textos, cálculos y diferentes esquemas buscando una solución satisfactoria para la cronología de esta «nueva mitología» que se reflejan en La Naturaleza de la Tierra Media (NTM). En lo que parecen sus últimas opiniones de estos textos, Tolkien cifra en el año 850 el Despertar de los Elfos y en el 864 su Hallazgo por Oromë (Texto 2 y siguientes, NTM.132).

            De este modo, los Días de Bendición, o de los Árboles, duraban mucho más que en la «antigua mitología», tal como deseaba. «Antigua» de 1 a 1495 AV =1495 x 9,82 = 14322 AS; «nueva» de 1 a 888 AV = 888 x 144 = 127872 AS. En varias notas la fecha de la destrucción de los Árboles sucede en el año 888 AV, 24 AV después del Hallazgo de los Elfos (NTM.132), y no hay constancia de una nueva fecha posterior.

            Al no haber una primera salida del Sol, pues este ya existía desde un primer momento, el inicio de la Primera Edad lo marca el Despertar de los Elfos, y su conclusión la derrota de Morgoth en Angband. Aunque en un principio Tolkien deseaba que «la Primera Edad durase un poco más que la SE (=3441)» (NTM.109), no parece que luego lo llevara a la práctica, pues 888 - 850 = 38 AV + 600 AS (duración de la guerra), lo que sería 6072 AS.

            La leyenda del Despertar de los Quendi, o Cuivienyarna (La Guerra de las Joyas, p.488), se confirma como cierta, siendo 144 el número de Elfos iniciales. Esta leyenda surgió en principio como respuesta al deseo de Tolkien por tener un número de Elfos iniciales lo suficientemente grande para poder multiplicarse y pudieran poblar Aman y Beleriand, y permitir que Finwë aún tuviera edad para casarse y tener hijos a su llegada al Reino Bendecido (NTM.60). Desde ese momento, Imin, Tata y Enel aparecen como los «Tres Padres» de los Elfos, y esta idea se utilizó y no cambió en los posteriores esquemas generacionales. Ingwë, Finwë, Elwë y Olwë no pertenecían a la primera generación, eran jóvenes cuando Oromë encontró a los Elfos y ellos fueron elegidos como embajadores (véase también NTM.150).

            En cuanto a las edades de los Elfos y su crecimiento, también cambió respecto a Leyes y Costumbres de los Eldar (1958). En un texto de 1965 (NTM.154), se distingue entre años de crecimiento (AC) y años de vida (AdV). 1 AC equivalían a 3 löar o AS, y 1 AdV a 144 AS. Los Elfos estaban en el útero 1 AC (3 años) y seguían creciendo a un ritmo de 1:3 hasta los 24 años, que eran 72 (3x24) AS, cuando alcanzaban el «crecimiento completo» del cuerpo. Después disfrutaban de 48 AdV de juventud (48x144=6912 años) y a continuación otros 48 AdV de «cuerpo estable» (6912 años). Tras esto, a la edad de 120 años llegaba la vejez o «tiempo de desvanecimiento», en el que el fëa (espíritu) iba consumiendo el hröa (cuerpo) hasta que se convirtiese en un recuerdo.

            No obstante, este asunto sobre las vidas élficas se modificó o puntualizó algo más posteriormente, en unos textos y notas escritas en 1969, en los que se habla de los ciclos de vida élficos.

«Las vidas élficas deben estructurarse en ciclos. Conseguían su longevidad mediante una serie de renovaciones. Tras el nacimiento, con la llegada de la madurez y los primeros síntomas de envejecimiento, comenzaban un período de tranquilidad en el que se «retiraban» por un tiempo, si era posible, y emergían del mismo físicamente renovados»
Ciclos de Vida Élficos. La Naturaleza de la Tierra Media.p.162

            Estos ciclos en un principio podrían parecer compatibles con los períodos anteriormente mencionados, siendo la novedad estas renovaciones que se producían al inicio de cada uno de ellos. En un texto relacionado con La Marca de Fëanor (1968) se decía que «Los Elfos no tenían barba antes de entrar en su tercer ciclo de vida. El padre de Nerdanel era excepcional, ya que aún se encontraba en su segundo ciclo» (NTM.162). Esto encaja con el personaje de Círdan, quien, en El Señor de los Anillos, se nos dice que tenía una barba larga. Estaría en su tercer ciclo, en la fase de «edad completa» o «cuerpo estable».

            Pero, en realidad, este nuevo concepto de «renovaciones» contradice los anteriores períodos de vida de los Elfos. En los textos y esquemas generacionales de 1959 los Elfos solo tenían un único período de paternidad, siendo esto fundamental para el cálculo y desarrollo de estos esquemas. En los textos de 1969 los Elfos consiguen su longevidad con «renovaciones», repeticiones de los períodos de madurez, pudiendo tener varios períodos de paternidad, comenzando un nuevo ciclo después de que todos los hijos del período actual alcancen la edad adulta (NTM.163-164).

Y, para complicar un poco más el asunto, en un conjunto de textos de 1968 con el título de Manos, dedos y números de los Eldar, Tolkien anota que: «en la adolescencia: el crecimiento de los niños élficos tras el nacimiento no era más lento que el de los niños de los Hombres» (NTM.193). De alguna forma, esta gestación y crecimiento de los Elfos al mismo ritmo que los Hombres hasta alcanzar los 24 AS, utilizado en diversos esquemas de 1959, se volvió a retomar.

            Ahora es momento de hacerse esta pregunta: ¿Estas ideas y conceptos derivados de la «nueva mitología» pueden y/o deben ser considerados canónicos?

            Es posible que cada uno tenga su particular punto de vista. Personalmente considero canónico, es decir, última decisión o versión de Tolkien, aquella que escribió en último lugar, siempre y cuando no se contradiga con material publicado. Respecto a esto último, el propio Tolkien actuaba de esta forma y, en ocasiones, descartó textos al darse cuenta de que rebatía algo que había escrito, pero es falible, de modo que en su obra nos encontramos algún error de estas características.

            Como se ha dicho, la «nueva mitología» no se desarrolló en forma de relato. Tolkien realizó distintos textos con algunas fechas claves en los que resumía de forma esquemática algunos acontecimientos, pero no parece que podamos decir que concluyera de forma coherente y satisfactoria la «nueva cronología».

            Existen unos cuantos asuntos sin resolver, así como alguna que otra contradicción. Por ejemplo, la última cronología con un mínimo de acontecimientos reflejados en ella (NTM.111) está realizada teniendo en cuenta que el período de gestación de los elfos era de 9 años. También el año del Despertar de los Elfos cambió, de 1386 AV a 850 AV, así como el tiempo desde el «Despertar» hasta el «Hallazgo» por Oromë. Los diferentes esquemas generacionales (NTM.131) están realizados suponiendo que la duración de la gestación era de un año y el crecimiento de los Elfos seguía la relación 1:1 hasta los 24 años. Solo necesitaban 24 AS para estar «maduros» y poder engendrar, pero solo tenían un único período de paternidad. El Esquema 7, con un crecimiento fugaz y unos matrimonios y concepciones nada más alcanzar la madurez, hizo posible que Ingwë perteneciera a la 24ª gen, y Finwë y Elwë a la 25ª (NTM.150). Evidentemente esto sería imposible con la posterior equivalencia (1965) de los años de crecimiento (AC) de los Elfos, donde 24 años élficos equivalían a (24x3) 72 AS, pero el nuevo cambio de la nota de 1968, con la ratio 1:1, lo haría posible.

             El nacimiento y la edad de Galadriel también supone alguna duda en la «nueva mitología». Tanto en un texto de 1959 (NTM.71), como en el texto de 1965 (NTM.156), Galadriel era «joven e inquieta» al comienzo del Exilio, «tendría unos 20 años». «En 3021 TE, cuando zarpó rumbo al Oeste, tenía unos 72 y acababa de terminar su juventud». Tolkien apuntó: «Esto encaja bien». Sin embargo, no parece que Tolkien tuviera en cuenta algunos aspectos… Con la ratio 1:3 del crecimiento, Galadriel nacería solo 60 AS antes de la destrucción de los Árboles. La especial rivalidad con Fëanor apenas se podría producir pues sería poco más que una niña. Tampoco lo que se apunta en La Marca de Fëanor, de 1968, en la que el brillo de los cabellos de Galadriel pudieron inspirar a Fëanor para hacer los Silmarils (Los Pueblos de la Tierra Media.p.389). La elaboración de estos se tendría que comprimir muchísimo, hasta un punto «no realista». Y tampoco sería demasiado creíble que desde el «Despertar» de los Elfos hasta el inicio de la «Marcha», estos se multiplicaran, con muchas generaciones (¡hasta 24 o 25!), en 15 1/2 AV (NTM.133), pero durante su estancia en Aman, de ¿20 AV?, solo nacieran dos generaciones de Finwë: Finarfin y Galadriel.

            Pero a pesar de estas incongruencias, algunos conceptos que se desarrollaron para esta «nueva mitología» podrían aplicarse en la «vieja mitología» sin mayor problema, pues no son dependientes de las nuevas equivalencias e ideas. Este es el caso del Despertar de los Quendi. Decía Tolkien que «una creación masiva de los Quendi sería una narrativa y mitología pobres» (NTM.37). Parece razonable que los embajadores de Valinor no fueran los primeros Elfos en despertar; daría mayor margen para ampliar el número de Elfos antes del Hallazgo y de la Gran Marcha. También sería coherente que los primeros Elfos, «los Mayores», se muestren reticentes a partir y los jóvenes se muestren dispuestos a hacerlo.