¿Fracasó Frodo en la Misión?
“Entonces
Frodo pareció despertar, y habló con una voz clara, una voz límpida y potente
que Sam no le conocía, y que se alzó sobre el tumulto y los golpes del Monte
del Destino, y retumbó en el techo y las paredes de la caverna.
-He
llegado-dijo-. Pero ahora he decidido no hacer lo que he venido a hacer. No lo
haré. ¡El Anillo es mío! - Y de pronto se lo puso en el dedo, y desapareció de
la vista de Sam. Sam abrió la boca y jadeó, pero no llegó a gritar, porque en
aquel instante ocurrieron muchas cosas.”
El Monte del Destino, El Retorno del Rey, p.255
Tras un largo y accidentado viaje Frodo llegó hasta
el Monte del Destino, aunque en el último momento su voluntad flaqueó y no
pudo, no quiso, arrojar el Anillo al fuego donde fue forjado. Finalmente, el
Anillo acabó siendo destruido y la Misión completada, porque el objetivo no era
otro que tirar el Anillo al Fuego.
“-Nadie
aquí puede hacerlo - dijo Elrond gravemente-… Ahora en circunstancias extremas,
hemos de elegir un camino difícil, un camino imprevisto. Ésa es nuestra
esperanza, si hay esperanza: ir hacia el peligro, ir a Mordor. Tenemos que
echar el Anillo al Fuego”
El Concilio de Elrond, La
Comunidad del Anillo, p.316
“-Yo
llevaré el Anillo – dijo -, aunque no sé cómo.”
El Concilio de Elrond, La Comunidad del Anillo,
p.320
La Misión no sólo consistía en llevar el Anillo al
Monte del Destino, había que destruirlo. Frodo era el Portador y el resto de la
Compañía del Anillo le ayudaría a hacerlo, y acompañaría en la medida de lo
posible.
Frodo consiguió llevar el Anillo a las Grietas del
Destino, donde debía arrojarlo. La Misión como Portador del Anillo logró
realizarla. Frodo no sucumbió a las diferentes tentaciones que le ofreció el
Anillo a lo largo de su viaje y, con la ayuda de Sam, pudo poner los pies en el
lugar donde debía llegar.
“Frodo
merecía todo honor porque derramó hasta la última gota de la capacidad de su
voluntad y de su cuerpo, y eso fue suficiente para llevarlo al punto destinado
y no más allá. Muy pocos, quizás ninguno más de su tiempo, podrían haber llegado
tan lejos.”
Carta 192, Cartas, p. 297
Pero, como decía, la Misión no sólo consistía en llevarlo hasta el
punto destinado. No, debían destruirlo. Y, en
efecto, fue destruido y Sauron derrotado. La Misión tuvo éxito, aunque no por
voluntad de Frodo. ¿Se puede entonces hablar de un fracaso de Frodo en tanto
que no hizo lo que debía hacer? ¿La Misión estaba condenada al fracaso?
“La
misión… estaba condenada a fracasar como plan mundanal, y también estaba destinada
a terminar en desastre como la historia del proceso por el que el humilde Frodo
se dirigía al «ennoblecimiento», a su santificación.
Fracasaría y fracasó en lo que a Frodo concierne, al menos considerado solo”
Carta 181, Cartas, p. 274
Así respondía Tolkien a Michael Straight, jefe de
redacción de New Republic, sobre el fracaso de Frodo en su culminación. De un
modo bastante más explícito y tajante de lo que habría cabido esperar. En
realidad, el autor no tiene dudas del fracaso de Frodo y, unos meses más tarde,
se sigue mostrando igual de rotundo:
“No,
Frodo «fracasó». Es posible que una vez que el Anillo fuera
destruido él tuviera escasa memoria de la última escena. Pero es preciso
enfrentar el hecho: no es posible que las criaturas encarnadas, por «buenas»
que sean, resistan definitivamente el poder del mal en el mundo; y el Escritor
de la Historia no es uno de nosotros.”
Carta 191, Cartas, p. 296
En esta última carta (Carta 191), donde ofrece
algunos detalles más sobre Frodo y el Anillo, se nos desvela algo muy
interesante:
“Si
relee los pasajes que tratan de Frodo y el Anillo, creo que comprenderá que no
solo le era del todo imposible entregar el Anillo, ya sea de hecho o
solo con tal intención de hacerlo, especialmente en este punto de máximo poder,
sino que esta incapacidad se presagiaba
desde mucho tiempo atrás. Fue honrado porque había aceptado la carga
voluntariamente y había hecho todo lo que estaba dentro del máximo de sus
posibilidades físicas y mentales”
Carta 191. Cartas. p. 295
Para el propio Tolkien la Misión estaba abocada al
fracaso, a Frodo le sería imposible destruir el Anillo, pero no sólo eso, sino
que antes de llegar a ese momento ya se presagiaba que ocurriría. ¿En qué
momento de El Señor de los Anillos se nos da una pista de esto? Veamos lo que
dice Gandalf cuando sabe que el Anillo es el Único:
“Un
Anillo de Poder se cuida solo, Frodo. Puede deslizarse traidoramente fuera del
dedo, pero el dueño no lo dejará nunca. Tendrá alguna vez la idea de pasárselo
a otro, pero esto sólo al principio, cuando el poder comienza a manifestarse.
Pero, que yo sepa, en toda la historia del Anillo sólo Bilbo fue capaz de ir
más allá de la idea y llevarla a cabo. Necesitó de toda mi ayuda. Y aun así,
nunca hubiese dejado el Anillo, nunca se hubiera librado de él. No fue Gollum,
Frodo, sino el Anillo mismo el que decidió. El Anillo abandonó a Gollum”
La Sombra del Pasado. La
Comunidad del Anillo, p. 74
“- ¿Ves, Frodo?
Tampoco tú puedes deshacerte de él ni dañarlo. Y yo no podría obligarte, sino
por la fuerza, en cuyo caso te arruinaría la mente…”
La Sombra del Pasado. La
Comunidad del Anillo, p. 80
Gandalf sabía que era imposible la destrucción del
Anillo por voluntad propia, y también que debían arrojarlo al Fuego. Sin
embargo, él no pierde la esperanza de que la Misión se acabase cumpliendo con
éxito. Tal vez supiera algo más que los demás desconocían.
“El
corazón me dice que [Gollum] todavía tiene un
papel que desempeñar, para bien o para mal, antes del fin: y cuando este
llegue, la misericordia de Bilbo puede determinar el destino de muchos, no
menos que el tuyo.”
La Sombra del Pasado, La Comunidad del Anillo. p.
79
Pero volvamos al asunto principal, al “fracaso”.
Podríamos hacernos la pregunta de si podría considerarse fracaso el hecho de
intentar hacer algo que de antemano es imposible. Una opinión (y la que parece
ser la opinión de Tolkien) sería que, aunque la misión estaba condenada a
fracasar, no exime que Frodo no cumpliese su objetivo por sí mismo (fruto del
azar, casualidad o destino se logró, pero ese es otro tema...) y, por tanto,
fracasara. Aunque no podemos dejar de considerar el otro punto de vista. Si
Frodo hizo todo lo humanamente posible: “…derramó hasta la última gota de la
capacidad de su voluntad y de su cuerpo, y eso fue suficiente para llevarlo al
punto destinado y no más allá”, y la tarea
era imposible ¿cómo se puede decir que Frodo fracasó?
Es en este momento cuando podemos hablar del
¿nuevo? concepto de fracaso del que habla Tolkien: El fracaso moral. En una muy interesante carta a una lectora,
escrita unos siete años después de las anteriores, Tolkien profundiza en el
asunto de Frodo y el Anillo. Si bien al principio insiste en que “Frodo, por cierto,
fue «incapaz» como héroe tal y cómo lo conciben las mentes
simples: no soportó hasta el final; cedió, desertó.” (Carta 246), después matiza ese fracaso:
“No
creo que Frodo fuera un fracaso moral. En el último momento la presión
del Anillo alcanzaría su máximo; imposible diría yo, que cualquiera pudiera
resistirlo, seguramente después de conservarlo tanto tiempo, meses de
incrementado tormento, hambre y agotamiento. Frodo había hecho lo que podía y
estaba exhausto (como instrumento de la Providencia) …
…El
fracaso moral de un hombre sólo puede afirmarse, me parece, cuando su
esfuerzo capacidad de resistencia quedan por debajo de sus límites, y la
culpa decrece cuanto más cerca se está de dichos límites.”
Carta 246, Cartas, p. 380
“Su
verdadero compromiso [de Frodo] consistía tan sólo
en hacer lo que pudiera, tratar de hallar un camino y avanzar tanto por él como
la fuerza de su mente y su cuerpo lo permitía. Es lo que hizo. No veo que el
quebrantamiento de su mente y su voluntad bajo demoníaca presión después del
tormento sea más un fracaso moral que lo habría sido el quebrantamiento
de su cuerpo si hubiera sido estrangulado por Gollum o aplastado por la caída
de una roca, por ejemplo.”
Carta 246, Cartas, p. 381
Según el propio Tolkien, Frodo
fracasó pues no realizó satisfactoriamente la misión/empresa propuesta (cedió, desertó), pero había hecho todo lo que estaba dentro del
máximo de sus posibilidades físicas y mentales y esto hace que el fracaso no sea moral.
Visto de este modo, Frodo no debería haber tenido ningún sentimiento de culpa,
pero no fue así, la Misión le dejó secuelas de por vida, no sólo las heridas
físicas.
“…he
sufrido heridas demasiado profundas, Sam. Intenté salvar la Comarca, y la he
salvado; pero no para mí. Así suele ocurrir, Sam, cuando las cosas están en
peligro: alguien tiene que renunciar a ellas, perderlas, para que otros las
conserven.”
Los Puertos Grises, El Retorno
del Rey, p. 354-355
De esta forma Frodo le contaba a Sam cómo se
sentía, el enorme sacrificio que había hecho, antes de partir rumbo al Oeste.
Tolkien explica este sentimiento de Frodo en la ya nombrada Carta 246 y, en
ella, aparecen los conceptos de culpa y fracaso. Sí, en efecto, Frodo sentía
que había fracasado.
“Al
principio no parece haber tenido el menor sentimiento de culpa (III, 298);
recuperó la sensatez y la paz. Pero luego pensó que había dado su vida en
sacrificio: esperaba morir muy pronto. Pero no fue así, y es posible observar
en él una creciente inquietud.
…cuando
los tiempos oscuros le llegan y es consciente de haber recibido “la herida de
un puñal, la de un aguijón y la de unos dientes; y la de una pesada carga”
(III, 355), no eran sólo recuerdos de las pesadillas de los pasados horrores lo
que lo afligía, sino también una autoinculpación irracional: se veía a sí mismo
y a todo lo que había hecho como un fracaso… Eso fue en realidad una tentación
venida de la Oscuridad, una última chispa de orgullo: el deseo de haber vuelto
como un “héroe”, no contento con ser el mero instrumento del bien.”
Carta 246, Cartas, p. 381-382